Por: Leo Parra Cubides / Twitter: @LeoParraCubides
Negativo de una parte y un logro de otra, después de que por fin se conformara en medio de un empedrado camino, la Plataforma de Juventud de Pereira conforme a lo establecido en la Ley Estatutaria de Ciudadanía Juvenil o Estatuto de la Juventud.
Luego de que en el año 2013 se implementara la Ley 1622 que le dio mayor garantía a la participación juvenil en Colombia y desarrollara lo consagrado en el artículo 45 de la Constitución Política, Pereira era el único de los 14 municipios de Risaralda que aún no lograba conformar su Plataforma de Juventud como escenario de “encuentro, articulación, coordinación y concertación de las juventudes, de carácter autónomo asesor”, artículo 60, Ley 1622/13.
Empedrado camino tuvo que recorrer la administración municipal, como entidad encargada a través de su enlace en temas de juventud, para que luego de 4 años se pudiese concretar más que una obligación normativa, un escenario importante de articulación y ejecución de procesos juveniles que incidan en las decisiones del territorio. De entrada se debe reconocer que bien o mal, con críticas o no, al proceso de conformación de plataforma se unieron personas de diversas expresiones juveniles a la convocatoria que se procuró hasta el final, fuese masiva e incluyente.
Desde la primera reunión con organizaciones juveniles de la ciudad, se socializaron propuestas metodológicas para que la estructura de la plataforma fuese la más democrática posible, pero en el camino surgieron inconvenientes que pueden resumirse en: 1) la carencia de conocimiento de algunos frente a lo que es una plataforma de juventud y la misma Ley 1622 de 2013. 2) La intención evidente de viciar el proceso de algunas personas ajenas a su objetivo.
La carencia de conocimiento frente a los espacios de participación juvenil, representa – primordialmente – un deber permanente del Subsistema Institucional de Juventud (instituciones, autoridades y entidades públicas), para que en la mayor medida posible, los jóvenes y la ciudadanía en general conozcan la importancia que significa para la sociedad civil que exista una ley estatutaria que busca garantizar los derechos de la juventud colombiana y la promoción de sus deberes. La intención de viciar el proceso de algunas personas ajenas a su objetivo se traduce tanto en el primer inconveniente, toda vez que algunos creyeron que al tener un cargo directivo o administrativo en la plataforma era tener poder o contratos con el Estado, lo cual es totalmente falso, como en los vacíos que quedaron en la Ley 1622/13, dado que no se definió una metodología concreta, procedimiento específico para la conformación de la plataforma y para quienes puedan participar en la misma, de ahí a que se manchara el proceso con supuestas organizaciones fantasma o ficticias para tener voto al momento de elegir una estructura que tampoco está definida cuál es, solo una ruta o recomendación del órgano rector del Sistema Nacional de Juventud, el programa presidencial Colombia Joven.
Lo positivo y lo que debe rescatarse del tema, es que la experiencia de conformación de la Plataforma de Juventud de Pereira nos genera resultados positivos en el sentido de que: se logró un compromiso de las entidades y autoridades que deben participar en procesos juveniles (Gobernación de Risaralda, Alcaldía de Pereira y Personería Municipal); al no estar definida una estructura de plataforma, las mismas organizaciones plantearon una donde todos tuviesen mayor representación, el cambio de estructura jerárquica como venía realizándose en otros municipios por una horizontal; los inconvenientes generaron en aquellos líderes que sí están comprometidos con procesos juveniles de la ciudad, reafirmar el sentido de pertenencia y afianzar su lucha por los derechos y deberes de la juventud pereirana; se conocieron nuevos liderazgos, interesantes y capaces de representar el relevo generacional en todos los ámbitos; la experiencia sirve de insumo importante de cara a las elecciones de los consejos de juventud y más cuando la Corte Constitucional le dio visto bueno al proyecto de ley que reglamenta su elección y conformación, siguiendo en consecuencia la sanción presidencial y; bien o mal para algunos, por fin la capital risaraldense cuenta con una plataforma de juventud.
La invitación es a aquellos líderes dolientes y comprometidos con los procesos juveniles de Pereira a no claudicar. Fácil sería desligarse de éste y los demás escenarios de participación juvenil, por el solo hecho de que se presentaron inconvenientes, como la última vez que Pereira tuvo consejeros de juventud, de 17 terminaron apenas 4 ejerciendo sus funciones. El camino siempre será el de dejar huella, el de ponerse la camiseta y por el contrario, continuar con veeduría y acompañamiento para que Pereira esté siempre bien representada con personas que gocen de actitud y aptitud idónea para generar el cambio que todos hablan y prometen, pero que radica en la voluntad de lograrlo.
Mi columna termina con una frase que suelo replicar y a continuación anexo la imagen de la estructura horizontal como quedó conformada la Plataforma de Juventud de Pereira.
¡Participar no es cuestión de hablar, sino de actuar!